Hola a tod@s:
Hoy os traigo una variedad de tiramisu que se puede preparar en verano porque no lleva huevo; la idea la he sacado del blog Con Mil Sabores, aunque María lo tiene en versión tarta. Como siempre, os recomiendo que visiteis este blog porque tiene propuestas originales y variadas. Su receta la podeis ver AQUI.
Este tiramisú tiene de especial el que lleva miel.
La miel es un fluido dulce y viscoso producido por las
abejas a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de
plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas. Las abejas lo
recogen, transforman y combinan con la enzima invertasa que contiene la saliva
de las abejas y lo almacenan en los panales donde madura
La intervención del hombre en el proceso de explotación de
los panales de la colmena es conocida como apicultura.
Las características físicas, químicas y organolépticas de la
miel vienen determinadas por el tipo de néctar que recogen las abejas.
El origen botánico de las mieles define también la mayor o
menor facilidad de éstas a cristalizar.
La producción mundial media de miel es aproximadamente de
1.200.000 tn, y cerca de la mitad de ésta entra en los circuitos
internacionales de comercio. Los principales países productores y exportadores
son China, Argentina, España, México, Canadá, Hungría y Australia. Es difícil
establecer un ranking de naciones, pues sus niveles de producción son muy
diferentes. Los principales importadores a nivel mundial son la Unión Europea y
Estados Unidos.
La miel tiene cualidades reconocidas y utilizadas por los
seres humanos desde tiempos remotos, como alimento y para endulzar, con un
poder mayor al de la caña de azúcar.
Existen diversas referencias históricas a esta sustancia.
Además de las citas bíblicas, muchos otros pueblos, como los antiguos egipcios
o los griegos, por ejemplo, se referían a la miel como un producto sagrado,
llegando a servir como forma de pagar los impuestos. En excavaciones egipcias
con más de 2000 años fueron encontradas muestras de miel perfectamente
conservadas en vasijas ligeramente tapadas que aún eran comestibles y solamente
tenían que calentarla. También existen registros prehistóricos en pinturas
rupestres de la utilización de la miel.
Son conocidas diversas variedades de miel que dependen de la
flor utilizada como fuente de néctar y del tipo de abeja que la produjo, pero
como éstas la fabrican en cantidad cerca de tres veces superior de lo que
necesitan para sobrevivir, siempre fue posible, primeramente, recogerse el
exceso de ésta para el ser humano y más tarde realizarse la domesticación de
las abejas para el fin específico de obtener su miel, técnica conocida como
apicultura.
Según su origen vegetal, se diferencia entre:
Miel de flores: la producida por las abejas a partir del
néctar de las flores. Se distinguen muchas variedades:
- monofloral: predominio del néctar de una especie. Las más
usuales son de castaño, romero, Ulmo, tomillo, brezo, naranjo o azahar, tilo,
acacia, eucalipto, lavanda o cantueso, zarzamora, alfalfa, etcétera.
- multifloral («varias flores»): del néctar de varias especies
vegetales diferentes, y en proporciones muy variables.
- de la sierra o de montaña, y del desierto (varadulce,
mezquite, gatun y eltata), que son tipos especiales de mil flores.
Miel de mielada o mielato, rocío de miel, miel de rocío o
miel de bosque: es la producida por las abejas a partir de las secreciones
dulces de áfidos pulgones, cochinillas y otros insectos chupadores de savia,
normalmente de pinos, abetos, encinas, alcornoques y otras plantas arbustivas.
Suele ser menos dulce, de color muy oscuro, se solidifica con dificultad, y no
es raro que exhiba olor y sabor especiados, resinosos. La miel de mielato
procedente de pinares tiene un peculiar sabor a pino, y es apreciada por su uso
medicinal en Europa y Turquía.
La miel de flores es transparente y se solidifica con el
tiempo dependiendo de su procedencia vegetal y de la temperatura. Por debajo de
14 °C se acelera el proceso de solidificación. Las mieles de brezo se endurecen
muy pronto y las de castaño tardan mucho.
El estudio del polen en la miel virgen (melisopalinología)
permite determinar su origen floral. Dado que las partículas de polen están
electrostáticamente cargadas y atraen otras partículas, las técnicas usadas en
la melisopalinología pueden usarse en estudios medioambientales de partículas
radiactivas, polvo o contaminación.
Un efecto secundario de la recolección del néctar y el polen
para la producción de miel es la polinización, que es crucial para la
reproducción de las plantas con flores.
La miel se usa principalmente en la cocina y la pastelería,
como acompañamiento del pan o las tostadas (especialmente, en desayunos y
meriendas) y como aditivo de diversas bebidas tales como el té. Al ser rica en
azúcares como la fructosa, la miel es higroscópica (absorbe humedad del aire),
por lo que el añadir una pequeña cantidad a panes y pasteles hace que éstos
endurezcan más lentamente. La miel virgen también contiene enzimas que ayudan a
su digestión, así como diversas vitaminas y antioxidantes. Por esto suele recomendarse
el consumo de la miel a temperaturas no superiores a 60°C, pues a mayor
temperatura empieza a perder propiedades beneficiosas al volatilizarse algunos
de estos elementos.
La miel es el ingrediente principal de la hidromiel, que es
producida a partir de la miel y el agua, que también es conocida como «vino de
miel».
La miel tiene muchas propiedades terapéuticas (Havsteen
2002). Se puede usar externamente debido a sus propiedades antimicrobianas y
antisépticas. Así, la miel ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en
heridas o quemaduras superficiales. También es utilizada en cosmética (cremas,
mascarillas de limpieza facial, tónicos, etcétera) debido a sus cualidades
astringentes y suavizantes.
Debido a su contenido de azúcares simples, de asimilación
rápida, la miel es altamente calórica (cerca de 3,4 kcal/g), por lo que es útil
como fuente de energía rápida.
Las abejas añaden además una enzima llamada glucosa oxidasa.
Cuando la miel es aplicada sobre las heridas esta enzima produce la liberación
local de peróxido de hidrógeno, lo que favorece la cicatrización.
Es usada para el alivio sintomático del resfriado. Estudios
en personas de entre 2 y 18 años con infecciones en las vías respiratorias
demostraron que es capaz de aliviar las membranas irritadas en la parte
posterior de la garganta y que tiene efectos antioxidantes y antivirales.
Además, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera
segura, fuera del período de la lactancia, para aliviar la tos.
Su dulzura y textura de jarabe calmarían el dolor de
garganta, pero también influirían su contenido antioxidante y su efecto
antimicrobiano. Para niños menores de un año no es recomendable porque existe
el peligro del desarrollo del botulismo. Este último riesgo se hace ínfimo en
niños más grandes.
Los catarros se combaten popularmente en algunos países
endulzando con miel al zumo de limón o el té de cebolla.4 La Organización
Mundial de la Salud recomienda el uso de miel para el alivio de la tos en niños
mayores de un año.5 Sin embargo, la miel no muestra mayores beneficios que
otros medicamentos como el dextrometorfano pero sin los efectos adversos
asociados.
Es un excelente conservante natural. Sin embargo, no siempre
es saludable. Debido a que procede de flores silvestres, hay algunos momentos y
lugares en los que la miel producida por las abejas es altamente tóxica. Los
rododendros y azaleas producen un néctar altamente venenoso para los humanos, aunque
inofensivo para las abejas, que producen así una miel mortífera. En algunas
regiones del mundo las colmenas se vacían inmediatamente después de la
temporada de flores, eliminando cualquier residuo para evitar envenenamientos
accidentales. Existen historias del uso de miel venenosa como arma de guerra en
la antigüedad, pero no son corroborables. Dicha miel venenosa es muy difícil de
encontrar. La forma de la flor de azalea hace que a las abejas le resulte
difícil acceder al néctar, y en la época en la que florecen hay casi siempre
otras flores más atractivas para las abejas.
Es altamente perdurable, no caduca. Gracias a su alta
concentración de azúcar, mata a las bacterias por lisis osmótica. Las levaduras
aerotransportadas no pueden prosperar en la miel debido a la baja humedad que
contiene. Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían
sumergidos en miel; por ejemplo Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia
hasta Alejandría en Egipto en el 323 a. C. y el de Agesilao II, rey de Esparta,
desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a. C., utilizándose miel para
evitar la descomposición. El efecto preservante de la miel se debe a su baja
concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación
de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar
disminuye el contenido de agua.
La miel (al igual que otros endulzantes) puede ser también
extremadamente peligrosa para los bebés. Esto se debe a que al mezclarse con
los jugos digestivos no ácidos del niño se crea un ambiente ideal para el
crecimiento de las esporas Clostridium botulinum, que producen toxinas. Las
esporas del botulismo son de las pocas bacterias que sobreviven en la miel,
pero se encuentran también ampliamente presentes en el medio ambiente. Aunque
dichas esporas son inofensivas para los adultos, debido a su acidez estomacal,
el sistema digestivo de los niños pequeños no se halla lo suficientemente
desarrollado para destruirlas, por lo que las esporas pueden potencialmente
causar botulismo infantil. Por esta razón se aconseja no alimentar con miel ni
ningún otro endulzante a los niños menores de 12 meses.
Y ahora vamos con la receta:
Ingredientes para 4 personas:
- 6 bizcochitos tiernos.
- 1 tarrina de queso mascarpone.
- 200 gr de nata montada.
- 1 taza pequeña de café con azúcar.
- 8 cucharadas de miel.
- 4 hojas de gelatina pequeñas.
- 50 ml de leche caliente.
- Un poco de agua fría para hidratar la gelatina
Preparación:
1- Ponemos la gelatina a hidratar en agua fría durante 10
minutos.
2- Cortamos los bizcochos en cuadrados pequeños y ponemos 4
trozos en el fondo de cada uno de los vasos.
3- Preparamos el café azucarado y ponemos un poco sobre los
bizcochos de forma que queden mojados pero no empapados para que no se rompan.
4- En un bol ponemos el queso mascarpone a temperatura
ambiente junto con 4 cucharadas de miel y lo batimos con ayuda de unas
varillas; a continuación añadimos la nata montada con movimientos envolventes y
poco a poco para que no se baje. Reservamos.
5- Escurrimos bien la gelatina y la disolvemos en la leche
caliente. Añadimos esto a la mezcla de queso y movemos con cuidado hasta que se
integre todo.
6- Ahora ponemos dentro de cada vaso un poco de crema (mas o
menos hasta la mitad del vaso), volvemos a poner capa de bizcochos mojados
ligeramente en café y terminamos de rellenar los vasos con crema de queso.
Metemos a la nevera durante 4 horas para que coja cuerpo (yo lo dejo toda la
noche).
7- A la hora de servir, ponemos un poco mas de miel por
encima de cada uno de los vasos.
¡¡BUEN PROVECHO!!
1 comentario:
Pues es un postre estupendo! :)
un beesito
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